CIRUGÍA CON IMPLANTE LENTE INTRAOCULAR

CIRUGÍA ICL

El término ICL hace referencia a las siglas de “Intraocular Contact Lens” (Lente de Contacto Intraocular). Se trata de una lente diseñada para ser colocada dentro del ojo, específicamente detrás del iris y justo delante del cristalino, de manera similar a una lente de contacto. Su nombre proviene de esta similitud.

Para asegurar su compatibilidad con los tejidos oculares, las ICL están fabricadas con colámero de colágeno, un material biocompatible que garantiza su tolerancia y proporciona una visión de alta calidad sin causar molestias.

Estas lentes intraoculares tienen una forma que permite una colocación óptima en el sulcus (espacio anatómico detrás del iris) y cuentan con un orificio central que permite el paso de fluidos del ojo, sin alterar la presión ocular.

Quienes se puede operar

La cirugía de implantación de lente intraocular (ICL) está especialmente recomendada para pacientes jóvenes con miopías, hipermetropías y/o astigmatismos altos, así como para aquellos que presentan córneas delgadas, con un espesor inferior a 500 micras, o con un patrón de resistencia alterado (histéresis corneal).

Esta técnica es indicada en casos específicos, como:

  • Miopía de 8 dioptrías o más.
  • Hipermetropía de entre 4 y 6 dioptrías o más.
  • Astigmatismo de 3 dioptrías o más.

Cuando los defectos refractivos superan estos límites, se desaconseja la utilización de las técnicas convencionales de láser, y se sugiere la opción de las lentes ICL.
Mediante la implantación de una lente ICL, es posible corregir todos los defectos refractivos del paciente en una sola intervención. Es relevante mencionar que, si existe la presencia de astigmatismo, se utilizará una ICL tórica específica para su corrección.

Postoperatorio

Después de la cirugía, el postoperatorio en casa es sencillo. Se aconseja evitar el ejercicio físico y no forzar la visión durante los primeros días, especialmente durante los 3 primeros. Sin embargo, es posible ver la televisión o leer desde el primer día y salir a la calle, siempre con precaución y usando gafas de protección.

La recuperación de la visión es muy rápida, ya que a las 24 horas se recupera más del 50% de la agudeza visual final. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la recuperación es un proceso progresivo y se debe evitar forzar la evolución. Se recomienda ser cauteloso durante la primera semana tras la cirugía, evitando ir a trabajar y realizar ejercicio físico.

Generalmente, no se recomienda realizar deportes de contacto hasta la tercera semana después de la cirugía. A partir de ese momento, se puede retomar la vida normal, incluyendo el ejercicio físico, siempre y cuando no involucre deportes de contacto.

Beneficios:

Ventajas de la cirugía con lente intraocular (ICL):

  • Reversible: Si se producen cambios significativos en la visión, las lentes ICL pueden retirarse y/o sustituirse.
  • Visión en alta definición: Proporciona una visión clara y bien definida, incluso superior a las lentes de contacto o la cirugía corneal LASIK.
  • No causa ojo seco: A diferencia de la cirugía con láser, la implantación de lentes ICL no altera la superficie corneal, evitando las molestias de ojo seco asociadas a otras cirugías refractivas.
  • Procedimiento rápido: La cirugía ICL tiene una duración de 15-20 minutos, es ambulatoria y de recuperación rápida, permitiendo a la mayoría de las personas retomar sus actividades diarias en pocos días.
  • Estéticamente indetectables: Estas lentes no son visibles a simple vista, lo que proporciona un aspecto natural después de la cirugía.
  • Protección UV: El material de las lentes ICL crea una barrera ultravioleta, ofreciendo protección contra los rayos dañinos del sol mientras permite el paso de la luz natural sin alterarla.
  • Excelentes resultados: La cirugía con lentes intraoculares muestra una alta tasa de satisfacción del 99% de los casos, con un perfil de seguridad elevado y una baja incidencia de complicaciones en comparación con otras técnicas.

Preguntas Frecuentes

¿Quiénes se puede operar?

La cirugía de implantación de lente intraocular (ICL) está especialmente recomendada para pacientes jóvenes con miopías, hipermetropías y/o astigmatismos altos, así como para aquellos que presentan córneas delgadas, con un espesor inferior a 500 micras, o con un patrón de resistencia alterado (histéresis corneal).

Postoperatorio

Después de la cirugía, el postoperatorio en casa es sencillo. Se aconseja evitar el ejercicio físico y no forzar la visión durante los primeros días, especialmente durante los 3 primeros. Sin embargo, es posible ver la televisión o leer desde el primer día y salir a la calle, siempre con precaución y usando gafas de protección.

La recuperación de la visión es muy rápida, ya que a las 24 horas se recupera más del 50% de la agudeza visual final. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la recuperación es un proceso progresivo y se debe evitar forzar la evolución. Se recomienda ser cauteloso durante la primera semana tras la cirugía, evitando ir a trabajar y realizar ejercicio físico.
Generalmente, no se recomienda realizar deportes de contacto hasta la tercera semana después de la cirugía. A partir de ese momento, se puede retomar la vida normal, incluyendo el ejercicio físico, siempre y cuando no involucre deportes de contacto.